Educación de las Artes Visuales: reflexiones y propuestas acerca del campo de estudio.
Nidia Bulos
2003
Sobre la experiencia actual de Educación de Artes Visuales, y como insumo necesario para su mejoramiento es evidente la necesidad de investigación pero también de concientización sobre la base de los resultados de la investigación. La formación del profesorado, las concepciones sobre el arte y la educación artística de la comunidad educativa en general, son aspectos que se suman como factores a analizar detenidamente.
En particular, intento una reflexión acerca de modelos pedagógicos y posturas didácticas, análisis que incluye fuertemente una revisión detenida acerca del campo de estudio.
Una punta interesante para la investigación tiene que ver con una mirada histórica. Así, por ejemplo, si nos remontamos a las “Academias de Dibujo” de fines del siglo XIX o más aún, al trabajo agremiado en la Edad Media y luego bajo la tutela de un Maestro en el Modernismo encontraremos una enseñanza institucionalizada de las Artes Visuales que seguramente encontraremos a simple vista, distante de la nuestra.
Sin embargo Mariana Spravkin hace referencia a los planes para las escuelas públicas en nuestro país que datan de 1888 y cuya propuesta parece asemejarse a las de la academia: "...se centraba en la copia de modelos o realización de ejercicios por parte de los alumnos... acorde con la manera de enseñar de la escuela toda y con lo que se pensaba que era el modo de aprender de los alumnos"[1].
Por esto la importancia fundamental de “hacer conciente” la herencia que nos precede y acompaña en la Educación de las Artes Visuales.
Si bien los rasgos de la “Escuela tradicional” son menos evidentes algunos momentos aún tienen que ver con aquel “maestro que exponía las lecciones que los alumnos seguían atentamente y planteaba los ejercicios que los alumnos debían realizar disciplinadamente”[2], en especial cuando se expone una obra de arte para la mirada o cuando las consignas de trabajo son muy cerradas.
La mayoría de las experiencias de Educación Plástica de hace más de 50 años podrían inscribirse en la “Escuela Nueva”, llamada así por Margarita Pansza, de la cual detalla: ”la misión del educador estriba en crear condiciones de trabajo que permitan al alumno desarrollar sus aptitudes”. Autores como Herbert Read y Víctor Lowenfeld representan esta perspectiva.
Sus publicaciones han sido libros de cabecera en la formación de los docentes de Plástica por mucho tiempo.
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Entonces, sobre la base de mirar la propia práctica y reconocer posturas que la sustentan es importante repensar y preguntarse “¿por qué incluyo tales contenidos, por qué los abordo de esta y no de otra manera, y cómo evalúo los aprendizajes?”
Dennie Palmer Wolf[3] introduce una descripción de los aspectos del aprendizaje artístico que me interesa mucho mencionar. Piensa el aprendizaje artístico “como conversación” y lo hace desde “tres perspectivas”: la del autor, la del observador (que se sitúa contemplando la obra) y la del investigador reflexivo (que toma una mayor distancia para analizar la obra). Elliot Eisner[4], por su lado, hará una referencia similar al hablar de tres aspectos del aprendizaje artístico, que enuncia como el “productivo, el crítico y el cultural”.
En este sentido, un proyecto educativo para la Educación de las Artes Visuales podría fundamentarse básicamente en los siguientes contenidos - eje:
• Arte y Cultura. El arte como hecho histórico.
• Arte y lenguaje. La imagen como texto visual.
• Modos de producción. El estilo propio.
Lo que sigue es un desarrollo de estos ejes como posibilidades de aprendizaje de los diferentes aspectos del campo, complementado con algunas propuestas concretas de trabajo en la escuela.
Arte y cultura. El arte como hecho histórico. El manejo reflexivo del lenguaje visual y el acercamiento a producciones enmarcadas en la realidad socio - histórica que las contuvo, posibilita a los alumnos detectar la articulación entre las producciones simbólicas y las dimensiones sociales, culturales, económicas, históricas e ideológicas del contexto.[5]
Las artes, como manifestaciones de las culturas expresan y construyen valores, gustos, costumbres, historias y saberes. Las imágenes visuales (sin desconocer los aportes de otras artes) colaboran en la identificación de los pueblos. Las prácticas artísticas son sin lugar a dudas productoras y distribuidoras de material simbólico que no sólo representa al mundo sino que lo interpreta y reelabora. El estudio de manifestaciones visuales permitirá poder tomar conciencia del patrimonio artístico visual que nos constituye, de esta propiedad pública del colectivo (regional, nacional y humano) hecha de objetos artísticos. Poder leer y leernos en el.
El aspecto “Cultural” de la enseñanza de las Artes implica “que el niño se divierta y experimente con la Obra de Arte”[6] . Progresivamente deberá tomar contacto con una sala de exposición, conversar con un artista, visitar su taller, hojear un libro en la biblioteca. Materiales didácticos “caseros” como rompecabezas cuya imagen sea la obra de un artista, una colección de catálogos o recortes de revistas, una imagen “trucada” para jugar a encontrar las diferencias, una serie de fotografías de diarios que puedan conectarnos con la temática interpretada por un artista o un relato histórico inventado a partir de una obra pueden ayudar al trabajo con niños y adolescentes.
Arte y lenguaje. La imagen como texto visual. Textos informativos, literarios, sonidos, composiciones musicales, imágenes, obras de arte, dramatizaciones, obras de teatro, expresiones del cuerpo, danzas ... textos que se entrecruzan desordenados en nuestra percepción cotidiana.
Desde este aspecto me interesa destacar la amplia variedad de lenguajes y usos de los mismos que constituyen nuestra cultura para encontrar nuevas alternativas de trabajo con las Artes Visuales, si bien son los textos visuales el centro de atención.
“Decir que la imagen es un texto visual implica que podemos leerla utilizando códigos universales o acuerdos culturales y que a la vez la construimos -de acuerdo a la idea de percepción que anteriormente desarrollamos- desde nuestro contexto y desde nuestra mirada ... Las imágenes visuales artísticas, si bien no tienen una función primordial de uso preestablecido, también contienen una gama de significados y su código, implica una materialidad plástica sensible que podemos decodificar desde múltiples contextos: cultural, estilístico, temático, experiencial, técnico, ideológico, estético.”[7]
Las propuestas de lectura sistemática de imágenes de manera progresiva desde dimensiones sintácticas, semánticas y pragmáticas, permitirán enriquecer el campo perceptivo, (de manera más azarosa con los más pequeños y a partir de la discusión y justificación de reflexiones con niños de cursos superiores), contribuyendo claramente a ampliar modos de construcción de imagen y estrategias de comunicación de ideas, sentimientos, etc.
Modos de producción. El estilo propio. Recoger soluciones a los problemas de representación que tanto preocupan a los niños (en especial a partir de los 9 o 10 años) animar a la búsqueda de un estilo propio y aprender la creatividad son objetivos planteados para el trabajo educativo.
¿Cómo se produce el aprendizaje de capacidades necesarias para crear formas artísticas?
Esta pregunta, que entraña también un problema didáctico nos permite observar la “conversación” de la que nos habla Wolf: “el punto de vista del creador se centra en el tipo de habilidades e intuiciones comunes a los artistas de estudio o la del observador es muy afín al trabajo de un crítico o historiador de arte. Pero si nos aproximamos más a los momentos en que se produce de forma natural la experiencia estética de los artistas, críticos, historiadores e incluso de espectadores menos especializados, veremos que todos estos individuos pasan espontáneamente por todas estas perspectivas como forma de adoptar visiones diferentes o de entablar una conversación con la otra. Tales puntos de vista ofrecen múltiples accesos a la experiencia estética. Cuando operan juntas, de manera integrada, amplían notablemente la experiencia visual.”[8]
Siguiendo a Eisner[9], en el aspecto productivo intervienen factores tales como lograr habilidad en el tratamiento del material y en inventar formas que satisfagan a quien las realiza y conjuntamente lograr percibir relaciones cualitativas entre formas así como conseguir crear un orden espacial, un orden estético, conseguir expresar.
Se hace entonces necesario por un lado plantear problemas de resolución de imágenes, problemas de expresión y problemas de dominio técnico. Deben planificarse consignas que movilicen a la búsqueda de soluciones propuestas de trabajo cada vez más complejas que lleven a los niños a auto - exigirse progresivamente en la búsqueda de una manifestación visual autónoma.
[1]Mariana Spravkin “Artes y Escuela” Cap. 2
[2] Demerval Saviani “Pág. 9
[3] D.P.Wolf, capítulo 2: “El aprendizaje artístico como conversación” en “Infancia y Educación Artística”
[4] Elliot Eisner “Educar la Visión Artística” Piados Educador. 1997.
[5] Documento de la Dirección General de Escuelas de la provincia de Mendoza.
[6] Elliot Eisner, “Educar la visión artística” Cap. 4
[7] Nidia Bulos “Aroximaciones al lenguaje visual”
[8] Denie Palmer Wolf “El aprendizaje artístico como conversación”
[9] Elliot Eisner “Educar la Visión artística” Cap. 4
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